Cocido madrileño:

Ideal para tomar en los fríos meses de invierno. Es un plato muy consistente, ya que consta de 3 partes: sopa, garbanzos y carne, por lo que normalmente se erige como plato único en los almuerzos.

Callos a la madrileña:

Elaborados con los desechos de la matanza. Se viene comiendo este plato desde el año 1560. Cuando no se podía comer carne (como en época de cuaresma o escasez), ésta se sustituía por bacalao.

Caracoles a la madrileña:

Tercer plato madrileño por excelencia. Un plato curioso y que para los que no lo conozcan puede suponer un rechazo inicial. Su sabor suele sorprender.

Tapas: se sirven en los bares para picar entre horas

Bocata de calamares, patatas bravas, chopitos, pincho de tortilla, oreja a la plancha, gambas al ajillo, caracoles a la madrileña, patatas bravas.

Churros con chocolate:

Desayuno madrileño por excelencia, aunque se pueden tomar a cualquier hora del día. El local más conocido para tomar los "churros con chocolate" es en la churrería San Ginés, en la Plaza Mayor de Madrid.

Rosquillas de San Isidro:

Muy típicas de la fiesta de San Isidro. Se diferencian entre rosquillas listas, llevan una capa por encima de azúcar fondant, y las rosquillas tontas que van solas.

Buñuelos de viento:

Típicos en Semana Santa.